martes, 17 de agosto de 2010

Autopista a Íquira… (y un cajero, por favor)


Lo de autopista va con mala intención, si, lo tenía que decir, me dolió el cuello bastante, gracias a la carretera que nos llevó a ese bonito pueblo… lo del cajero también, aunque aquí también pequé un poco de pardillo… o de europeo excesivamente civilizado, si es que se puede utilizar esa palabra para definir al que va sin dinero porque se piensa que va a encontrar un cajero en cualquier lugar del mundo… pues eso, un pardillo civilizado, parece mentira que sea de pueblo.


Después de esa rápida denuncia, tocaría el momento ahora del saludo protocolario, de lo más interesante de la ceremonia de posesión de hace unos días del nuevo presidente de Colombia… a la altura de la lista de convocados de la selección para el mundial o las votaciones de eurovisión… pero mejor lo dejo antes de dormirme en el intento. Solo esto para mencionar ese que se supone momento importante para un país, y que aunque lo sea en las “altas esferas”, por abajo, entre la gente de a pie parece dar la sensación de que todo seguirá siendo igual.


En esta ocasión toca recordar otra de mis frases destacables… “hay de todo”. Sobre todo como respuesta a las preguntas: ¿Qué te parecen las mujeres colombianas? y ¿cómo son las españolas? No me gusta generalizar… hay mujeres muy guapas y otras… no tanto (por decirlo con suavidad). También para responder a la pregunta ¿en España sois altos, verdad? No, ya me veis… es decir, hay de todo, como en el Carrefour, o Carrefour Chévere como se llama por acá… original el nombre… estoy pensándome traer Eroski y ponerle: Eroski Bacano (entiendo que esta gracia pueda ser únicamente para mi, porque por Colombia no sabrán lo que es Eroski -supermercado bastante conocido de Euskadi y España- y los vascos y vascas ni habrán oído hablar de la palabra bacano -bueno, mejor que chévere-).


Hablar de supermercados me recuerda algo gracioso que vi en Bogotá en el que creo que fue nuestro primer paseo (otra palabra que tiene tema), una carnicería con nombre muy original (en este caso de verdad), el nombre en cuestión era: Carnefour… ya me imagino: lleve dos pollos y el tercero a mitad de precio… pena de foto que se nos escapó por no llevar la cámara...


Vuelvo a Íquira, sobre todo para agradecer… agradecer la familiaridad con la que se me ha tratado, las facilidades que me han dado para todo, los buenos ratos que me han hecho pasar, los sitios que he podido conocer y en general, la buena semana que me hicieron pasar… ya se me va pegando lo del verbo en pasado, una de las grandes diferencias junto con el ustedes/vosotros entre el español de España (joder, hostia, tío… así es como lo intentan imitar con clara influencia del doblaje español cinematográfico exagerado) y el español latino chévere… que me deja el vocabulario como asignatura pendiente, tarea de la semana: aprender a decir “q’hubo parce” para saludar… Bueno, solo puedo decir cosas buenas de este pueblo… me encantó… su gente, su situación entre montañas, su tranquilidad (que me recuerda al mio)… y también su emisora comunitaria Íquira Estéreo, un gran ejemplo para mi que no conocía de cerca este tipo de trabajo que me sorprendió simplemente por lo que es, lo que debería ser una emisora comunitaria, con gran participación y un vínculo directo con las personas del pueblo y los temas de su interés.


Y por último, un pequeño detalle más, por fin me llevaron a la piscina… o mejor dicho, me llevaron a un parque acuático por “cansón” y para que me aburriera de agua… querías piscina, pues toma piscina y media… Un gran día en remojo y entre toboganes con la buena compañía de María, su hermano Elías y su amigo Alex. Y por supuesto, volví quemado. Gracias María, ya me puedo ir tranquilo de Neiva (aunque no me alegre tener que dejar esta ciudad y a esta gran gente).


Y no, esta vez no hay tanto humor porque mis entradas cada vez me recuerdan más a un monólogo y me temo que “mi hermano” (reciente segundo puesto en Sábados Felices de Caracol) está influyendo en ello, aunque sea indirecta e involuntariamente y se sentiría ofendido como humorista. Mis felicitaciones desde aquí para Jhovany (porque sé que me lee).


Me dejaba algo, otra felicitación, pero ésta de cumpleaños, para ese pedazo de mí que apareció en mi vida hace 19 años y nunca se separó, ni siquiera estos días a más de 8.000 kilómetros. Para ti Lidia, te deseo lo mejor en este día y en tu vida, que seas muy feliz… y no te olvides de tu hermano, ya sabes, te toca comer dos trozos de tarta…

lunes, 2 de agosto de 2010

Desde Neiva, desde casa...





Hace calor y el calor no me gusta. Pero ya son dos semanas las que llevo en Neiva y siento que llegué ayer… eso significa que estoy soportando el calor, o al menos no está siendo un factor que haga que los días me parezcan eternos, basta con hacer algo que lo quite de mi mente.

Dos semanas en las que he vivido de todo y me atrevería a decir que a excepción de las picaduras de “zancudo”, todo ha sido bueno… o muy bueno. Probablemente éstas sean mis palabras más repetidas desde que llegué, cada vez que me preguntan qué me pareció el almuerzo, cómo estuvo el día, etc. Ya que empecé con mis palabras, sigo con autocrítica y es que hay otra de mis frases típicas que ya se hizo célebre, es el “me da igual”… y me tengo que defender diciendo que sinceramente, me da igual, si me dicen que vamos a pasear, paseemos, si me dicen de tomar, tomemos, al baloncesto (o basquetbol), basquetboleemos, a almorzar, almorcemos, si me dicen de ir a la piscina… bueno, este tema mejor no lo toco… porque aunque “me dé igual”, no sé si algún día conseguiré ir.


Y los días vuelan, entre preparaciones y talleres, entre el no parar de semana de trabajo, para fin de semana de descanso ajetreado. Hay días marcado como especiales, pero todos tienen algo especial.


Tengo que mencionar las mañanas, sobre todo las formas de despertarme, hay cuatro opciones: La primera es Olímpica Stéreo con la voz de mi hermano adoptivo (bueno, el adoptado soy yo) con su humor mañanero (opción agradable). La segunda es la alarma del “celular” (no es muy agradable, pero si se queda a una hora y no se quiere llegar con puntualidad colombiana, hay que hacerlo). La tercera es el incansable e incesante vallenato sonando en todo el barrio desde la radio de alguna casa (agradable a medias, cuando quiero dormir, no). Y por último y más desagradable... Rey, mi querido compañero (casi de habitación porque le gusta dormir bajo mi cama), que nos “alegra” muchas mañanas con sus ladridos descontrolados contra todo lo que se mueve en la calle… que se le va a hacer, es un perro y a él también “le da igual” despertarnos.


Para dejar de rascarme, hablaré ahora de repelente… traje dos opciones complementarias, para repeler los mosquitos y repeler el sol (o más bien protegerme de él). Pues bien, a día de hoy estoy coloreado por zonas (destacan brazos, cara y cuello rojos) y mis piernas parecen un mapa en relieve de la superficie de Marte (pero con pelos). ¿Qué es lo que pasa? No, esto no me da igual… lo que pasa es que soy un “tío” (palabra más utilizada para imitar a un español) olvidadizo… si, está bien utilizar el repelente al volver a casa, hasta huele bien, el problema es que los mosquitos ya se quedaron con mi sangre y dejaron su huella. Así que, mi consejo es, repelente y protección solar antes de salir, para eso están… Aunque también tengo que aclarar una cosa, en la bolsa en la que se quedan los botes de repelente y protector, nadie se ha quemado, ni ha sido picado… el bote de champú y el cepillo de dientes están perfectamente cuidados.


Al final, con tanta historia, parece que los niños (tanto los de la Minga del Sol, como los de la radio escolar) son lo de menos, pero no es así. Por ellos y gracias a ellos estoy aquí, viviendo todo lo que vivo día a día. Son los importantes en todo esto, la salsa sin la que esta comida dejaría de ser lo mismo. Y lo mejor de todo, el placer de verles disfrutar con cada cosa que haces con ellos
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