Faltaba reflexionar tras la vuelta de Colombia, vinimos entre las nubes y ahí nos quedamos, en una nube, o mejor dicho, ahí se quedó la experiencia mientras nosotros descendíamos bruscamente a la “realidad” que nos ocupa, la universidad. Y sin darse uno cuenta pasan meses y, aunque poco a poco se va avanzando, sigue quedando mucho en el fondo.
Retomamos el tema entonces y en mi caso, tengo que decir que me ha venido bien para ver con otros ojos la experiencia. Ahora mi perspectiva ha cambiado, de hecho, leer ahora algunos documentos escritos desde allí se me hace muy extraño, era otro, como diría Iván, un tal Imanol.
Se me ocurren tantas cosas sobre las que poder escribir que no sabría por cual empezar. Gente que echo de menos, lugares que no se borran de mi mente, posibles cosas que me gustaría estar haciendo, o simplemente que me gustaría volver, no sé si para reencontrarme con el Imanol de allí o para crear una nueva versión. La cuestión es que de mí sale mucho, demasiadas sensaciones, difícilmente plasmables en palabras, o lo que es peor, en palabras digitales…
Por suerte o por desgracia no soy muy dado a tener un blog, bueno, a decir verdad, como habéis podido comprobar, si soy dado a tener blog, varios además, la cuestión es continuarlos… no es lo mío, creo que el récord con ya cerca de un año lo tiene este y espero poder revivirlo y volver alimentarlo, aunque eso no puedo prometerlo.
Desde esta posición en la que me ha colocado el tiempo, me he dado cuenta de que a pesar de que la distancia física es la misma, desde aquí me parece mucho mayor. Quizás sea porque la posibilidad de regresar ahora mismo se ve complicada, aunque sigo teniendo igual de claro que algún día lo haré. Sé que Colombia sigue teniendo los mismos atractivos que tenía cuando llegué y cuando la dejé, aunque desde aquí quedan ocultos, como si nadie los conociera y eso me entristece.
Resumiendo. A día de hoy, no me considero diferente a cuando empecé este blog, en todo caso, me considero el mismo pero mejorado. Cuando empezó todo esto sabía que necesitaba algo así, y no me equivocaba. Hoy, mi mente un poco más desenmarañada se dedica de pleno a terminar una carrera “reconducida” gracias a esta nueva visión. No sé lo que me deparará el futuro, de lo que estoy seguro es de que hay demasiadas cosas que me gustaría hacer como para acabar haciendo algo que no quiero.
No puedo cerrar sin antes agradecer una vez más el cariño que se me dio. Gracias a toda la gente que conocí, pero sobre todo a toda la gente que me acogió, que me ofreció un pedazo de su vida para compartir y que me respaldó constantemente durante los dos meses que pasé por allí, y los anteriores y posteriores por aquí. Tenéis un pequeño hueco en alguna parte dentro de mí (tuve que engordar para dejar espacio). Igualmente, si has llegado hasta aquí, te mereces un aplauso y te tengo que dar las gracias por seguirme hasta este punto. Nos vemos en la próxima estación.