presentaciones, casualidades y poco más...

Lo primero de todo, presentarme, soy un introvertido alavés en medio de Vizcaya, un maniático ordenado en medio de mi propio desorden, un apasionado de la fotografía y el monte por encima de todo (y si van juntos mejor)… un experto observador y escuchador, poco hablador y algo escribidor… amante de las nuevas experiencias y a la vez, virgen en esto de salir largas temporadas de casa y menos cruzando el charco…

Tengo que admitir que creo en las casualidades, casualidades como estar en el momento justo en el sitio adecuado para enterarme de forma “fortuita” de un taller llamado “Asomos, una mirada crítica a lo que somos”, que iba a tener lugar en la facultad y que sonaba interesante… al final resultó ser algo más interesante de lo que esperaba… tanto que más de seis meses después sigo enganchado a él… y ahora más que nunca. Ya retomaré las casualidades más adelante…

Explicaré entonces, el por qué del nombre “Sobran palabras”… dicen que una imagen vale más que mil palabras (entonces no me quiero ni imaginar lo que valen mil imágenes)… Por eso, vamos a empezar poco a poco, con una primera imagen y unas pocas palabras… luego las palabras se reducirán para dar paso a las imágenes y dejar que hablen por ellas mismas… y por otra parte, como dice el refrán, “a buen entendedor pocas palabras bastan” y sé que los y las visitantes de este blog serán muy buenos entendedores y entendedoras…. Por eso, seguro que alguien ya se habrá dado cuenta de que esto no es más que una manera rebuscada para decir que soy una persona de pocas palabras, no miento, ya lo decía al principio, solo soy escuchador profesional.

Poco más puedo decir, espero en Amurrio el día de partida hacia Bogotá como si no hubiese nada antes y es que mirándolo bien, no queda nada… así que despido este comienzo, que no es más que empezar a escribir lo que ya llevamos mucho tiempo viviendo y trabajando, no tanto nosotros como toda esa gente para la que habrá mención en otro momento...

¡Nos vemos en Colombia!